Sinceridad
Efesios 4:12-27
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo;
14
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento
de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia
las artimañas del error,
15
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo,
16
de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
17
Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros
gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18
teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la
ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19
los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la
lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20 Más
vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21
si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la
verdad que está en Jesús.
22
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos,
23
y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad.
25
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo;
porque somos miembros los unos de los otros.
26
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
27
ni deis lugar al diablo.
Quizás hayamos crecido creyendo mentiras sobre la vida, sobre nosotros
mismos, sobre nuestra familia. Tal vez todavía experimentemos confusión e
incertidumbre porque no sabemos a ciencia cierta que es verdadero.
Las mentiras que creamos pueden acentuar a nuestros patrones adictivos
y por eso necesitamos reexaminar nuestra vida a la luz de lo que es verdadero.
El Apóstol Pablo habló sobre como los
que creían en Cristo deberían actuar como un solo cuerpo.
Cada miembro debe llegar a la medida
de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13)
Ofreciendo los dones que tenga para ayudar a conseguir la madurez de
todo el cuerpo. Puesto que Jesús se describió así mismo como Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Y nosotros debemos estar llenos de Él, el proceso de recuperación
requiere: que nos convirtamos en personas veraces.
Pablo continúo < Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo
viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor crezcamos
en todo aquel que es la cabeza, esto es Cristo (Efesios 4:14-15)
La recuperación puede
significar algo así como; crecer de nuevo. Mientras crecemos, nuestra meta debe
ser siempre lo que es verdadero.
En el pasado comprobábamos la verdad de acuerdo con cualquier cosa que
nos sonara bien en aquel entonces. Ahora podemos tener el patrón de medida
correcto, la
Palabra de Dios y Jesucristo mismo.
Desde esta perspectiva podemos
reevaluar nuestras creencias. ¿Qué es cierto, acerca de Dios? ¿Qué es cierto
sobre mi? ¿Qué es correcto? ¿Qué es incorrecto?
Las leyes de Dios
grabadas en nuestro corazón, nunca podrán ser quitadas del terreno público.
Sembramos la semilla pero los
frutos son de Dios