Cuando no hay
salida…
Moisés
extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envío sobre el mar un
recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndole en tierra seca.
Las aguas del mar se dividieron Éxodo 14:21
A veces las presiones de la vida son tan
fuertes que nos sentimos indefensos.
Mientras tratamos desesperadamente de resolver nuestros problemas, a
menudo parecen empeorar.
Sin embargo si permitimos al Espíritu
Santo moverse en nuestras vidas durante tales tiempos de presión ¡veremos el
poder salvador de Dios!
Los israelitas quedaron atrapados entre
el Mar Rojo y el ejército egipcio. La gente se aterrorizaba, pero Moisés
simplemente levanto su vara y extendió su mano hacia el agua. Esta no era
exactamente la maniobra militar que sus seguidores esperaban. Si no fuera
porque Dios le dijo a Moisés que lo hiciera esta acción hubiera sido
completamente inútil.
A través de la fe de Moisés el
Espíritu de Dios abrió el camino hacia la libertad.
Cuando nos sentimos atrapados, sin
esperanza o con temor, no debemos dar lugar al pánico. Recordemos que Dios es
infinitamente más grande que nuestras propias circunstancias.
Cuando necesitemos un milagro,
simplemente preguntémosle a Dios que hacer y sigamos confiando en Él.
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