Instruir a nuestros hijos con la
palabra de Dios
“Y estas palabras que Yo te mando hoy, estarán sobre tu
corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como
una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás
en los postes de tu casa, y en tus puertas” Deuteronomio 6:6-9
De la manera
que se está implantando las leyes en esta sociedad cabe decir que la sociedad
es un enemigo para nuestros hijos. Isaías 5:20 dice la palabra: !Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo;
que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por
dulce, y lo dulce por amargo!
Sabemos que
Satanás desde el principio quiso contradecir todo lo que el Señor ha creado y
con sus mentiras ha engañado a muchos. Su objetivo es eliminar todo lo que
tenga que ver con Dios e implantar engaños y dudas en la mente del ser humano
para que no crean en el Señor nuestro Dios. Pero “Los que confían en Jehová son como el
Monte de Sión que no se mueve; sino que permanece para siempre” (Salmos 125:1).
Cuando miramos con el ojo humano las noticias y lo que está
pasando en el mundo nos hace pensar que Satanás está ganando. Mi ojo espiritual
me dice y me confirma en las Escrituras, que Satanás está derrotado desde el
principio. Jesús derrotó al adversario en la cruz del Calvario. El enemigo anda
enojado y se las quiere desquitar eliminando y borrando todo lo concerniente a
Dios. Por otro lado, el Señor nos manda a que nos gravemos en el corazón Su
Palabra.
Como padres es
un mandato de Dios inculcarles a nuestros hijos continuamente Su Palabra. El
Señor anhela que lo busquemos día y noche y que Su Palabra quede gravada en
nuestros corazones para así instruir a nuestros hijos. Nuestros hijos son el
futuro y como padres tenemos la responsabilidad de instruirlos en el Camino del
Señor. Hablar de la Palabra de Dios forma parte de su crecimiento espiritual
para cuando ya no estén en casa puedan llevar consigo esa semilla de fe
dondequiera que ellos vayan y llevarla a sus generaciones. Debemos instruir a
nuestros hijos de tal manera que lleven consigo el temor y la creencia de la fe
en Dios y obedecer Sus Estatutos. Hoy día hay tantas complejidades al momento
de instruir a nuestros hijos y cómo llegar a ellos efectivamente. Debemos tener
un propósito y un fundamento sólido de fe al criar a nuestros hijos, puesto que
somos responsables de lo que Dios nos ha dado. Proverbios 22:6 nos habla de cómo vamos a instruir a nuestros
hijos. “Instruye
al niño en Su Camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
El Camino que se refiere es el Camino de Dios para nuestros hijos.
Interesarse en ellos e inculcarle la Palabra de Dios desde
temprana edad es el mandato. Prestarle atención y sacar tiempo para escucharlos
es de suma importancia. Interesarse en lo que ellos ven y escuchan es
importante porque “todo me es lícito mas no todo me conviene” (1 Corintios
10:23).
Hay muchas
maneras de explicarles a nuestros hijos lo que les puede hacer daño y lo que
puede ser de edificación para sus vidas. Tenemos una gran esperanza en las
palabras que el Señor nos ha dado en Isaías 55:11 donde
nos dice: “Así
será Mi Palabra que sale de Mi boca; no volverá a Mí vacía, antes hará lo que
Yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
En otras palabras, todo lo que tú le ha implantado a tus
hijos acerca de Dios y Sus promesas, se ha quedado en el corazón por tanto
nuestros hijos las llevarán aun cuando estén rebeldes en su adolescencia. Los
tiempos en que vivimos son decisivos y tenemos que implantarle la Palabra de
Dios de manera que ellos la entiendan. Es curioso que aun implantándole la
Palabra de Dios algunos no quieran obedecer y recibir las normas de Dios, pero
cuando se encuentran apretados y en problemas se acuerdan de Dios. Eso me
recuerda a Nehemías y al hijo pródigo. Las decisiones que tomó el hijo pródigo
fueron débiles y cargadas de rebeldía y desobediencia, aun así, el Señor tenía
un Plan perfecto para él.
Como padres, hoy el Señor nos anima a que confiemos en Su
Palabra y nos manda a orar sin cesar por nuestros hijos. Ellos están rodeados
por el poder de la Palabra de Dios que habita en sus corazones. Josué 24:15 nos exhorta a declarar por fe que yo y mi casa
serviremos a Jehová.
Como padres,
el Señor nos brinda en Deuteronomio 6:6-9 unos pasos para instruir a nuestros
hijos por medio de Su Palabra y nos dice lo siguiente:
Deuteronomio 6:6 Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón;
Deuteronomio 6:7 y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Deuteronomio 6:8 Y
las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;
Deuteronomio 6:9 y
las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
1. Grábate y repite la palabra de Dios en
tu corazón. “Nunca se apartará de tu boca este Libro de la Ley, sino que de
día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que
en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien” (Josué 1:8).
2. Inculca la Palabra de Dios a tus hijos
continuamente. Esta exhortación indica con claridad que los padres debemos
de comunicar e instruir con perseverancia y amor la Palabra de Dios a nuestros
hijos en todo momento. Jesús instruyó a sus discípulos mientras caminaban,
cuando cenaban, cuando viajaban en barcas, cuando pescaban y en medio de las
tormentas. El Maestro, aprovechó toda ocasión para instruirlos en Su Camino. El
Señor nos dejó Su ejemplo por tanto, como creyente y como padres no debemos
dejar escapar ninguna ocasión de instituir la palabra de Dios a nuestros hijos.
Háblale del Señor en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y
cuando te levantes.
3. Átalas a tus manos como un signo.
“La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello,
escríbelas en la tabla de tu corazón” (Proverbios 3:3).
Hijo mío, no te olvides de Mí Ley, Y tu corazón guarde Mis
mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán”
(Proverbios capítulo 3).
“Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la
ley y el consejo, Y serán vida a tu alma, Y gracia a tu cuello. Entonces
andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará” (Proverbios
3:21-23).
4. Escribe la palabra de Dios en los postes
de tu casa y en los portones de tus ciudades. Cuando escribes la Palabra de
Dios en las paredes de tu casa, se queda gravada en el corazón y en la mente.
Hay poder en la palabra de Dios, esta brinda paz en el corazón y en el hogar.
Cuando escribimos un mensaje de Dios y lo pegamos en lugares específicos de la
casa donde toda la familia la vean, éste se queda gravado en el corazón. Esto
sirve de edificación no solamente a nuestros hijos sino también a las personas
que visitan nuestros hogares. Hay libertad, gozo y paz en la palabra de
Dios.
“El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras jamás
pasarán” Mateo 24:35
Amén!!!
Por fe
declara estas palabras para tus hijos cada día: “Porque Yo sé muy bien los
planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad,
a fin de darles un futuro y una esperanza”. Jeremías 29:11
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