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lunes, 26 de mayo de 2014

Estando en medio del Huracán<

"Cuando un huracán azota hay viento, lluvia y todo lo que se relacione con este fenómeno atmosférico. Pero hay algo muy interesante dentro de ese fenómeno que podemos ver. Y es que dentro del "OJO" del huracán hay hasta una paz, aunque se puedan sentir los vientos moderados de este. Hay poca o moderada precipitación. Inclusive se pueden ver las estrellas y hasta el cielo azul.

Cuando los huracanes llegan a nuestra vida encontramos que los vientos son tan fuertes, devastadores e inclusive peligrosos si vivimos en un hogar donde la orden del menú es la violencia.

En situaciones como estas nos desesperamos, nos entra el miedo y creemos que nunca podremos salir de estos problemas que nos agobian. Nos sentimos solos y sentimos que el mundo (nuestro entorno) no nos va a entender, callamos por el que dirán. Nos enfrentamos a estas situaciones siempre solos sin saber a dónde ir y a quien correr. Nos sentimos hasta avergonzados.

El huracán podrá rugir como león, podrá querer arrancarnos de la raíz, y distorsionar los pensamientos. Así mismo son nuestros problemas, como huracanes, llegan sin aviso aun nosotros sabiendo que la Palabra nos advierte: " en el mundo tendréis aflicción." Nuestra naturaleza humana nos hace huir y tener miedo, pavor. El instinto de sobre vivencia se hace más fuerte cuando nos encontramos en medio de los huracanes. También sabemos por la Palabra que el enemigo de las almas vino a matar, robar y destruir.

En medio del huracán hay un lugar donde te puedes refugiar y calmar esos miedos hasta que venga el otro azote. Es ahí donde Cristo te espera para darte ese puerto seguro, una cobija para que no te mojes, un escudo para protegerte de los dardos del enemigo. Es la calma después de la tormenta pero también es la calma antes de la tormenta, es ahí donde te fortaleces con la fuerza de Dios para el "segundo, el tercero y así sucesivamente los "rounds" que tengas que tener.

Recuerda que sin las pruebas no hay crecimiento, que sin las pruebas no hay conocimiento. Seremos vituperados hasta que Cristo venga por su iglesia o nos vayamos con Él.

No le temas a los huracanes de la vida, es en ellos que Dios se glorifica. En ellos aprendemos a tener FE, PACIENCIA. Aprendemos a depender más de Cristo y menos en nosotros. Es confiar en Dios a pesar de lo que nuestros ojos vean, nuestro yo interno este pasando.


Respira profundo, sacude de ti el miedo y enfrenta los huracanes de la vida, busca ese "OJO" que es Cristo, ese lugar de tranquilidad y veras como el miedo se va, y entra en ti una fortaleza que viene de Dios para enfrentarte a cualquier situación aceptando que es Dios quien pelea por ti. Dios te Bendiga."

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