Estando en medio del Huracán<
"Cuando
un huracán azota hay viento, lluvia y todo lo que se relacione con este
fenómeno atmosférico. Pero hay algo muy interesante dentro de ese fenómeno que
podemos ver. Y es que dentro del "OJO" del huracán hay hasta una paz,
aunque se puedan sentir los vientos moderados de este. Hay poca o moderada
precipitación. Inclusive se pueden ver las estrellas y hasta el cielo azul.
Cuando los
huracanes llegan a nuestra vida encontramos que los vientos son tan fuertes,
devastadores e inclusive peligrosos si vivimos en un hogar donde la orden del
menú es la violencia.
En
situaciones como estas nos desesperamos, nos entra el miedo y creemos que nunca
podremos salir de estos problemas que nos agobian. Nos sentimos solos y
sentimos que el mundo (nuestro entorno) no nos va a entender, callamos por el
que dirán. Nos enfrentamos a estas situaciones siempre solos sin saber a dónde
ir y a quien correr. Nos sentimos hasta avergonzados.
El huracán
podrá rugir como león, podrá querer arrancarnos de la raíz, y distorsionar los
pensamientos. Así mismo son nuestros problemas, como huracanes, llegan sin
aviso aun nosotros sabiendo que la Palabra nos advierte: " en el mundo
tendréis aflicción." Nuestra naturaleza humana nos hace huir y tener
miedo, pavor. El instinto de sobre vivencia se hace más fuerte cuando nos
encontramos en medio de los huracanes. También sabemos por la Palabra que el
enemigo de las almas vino a matar, robar y destruir.
En medio del
huracán hay un lugar donde te puedes refugiar y calmar esos miedos hasta que
venga el otro azote. Es ahí donde Cristo te espera para darte ese puerto
seguro, una cobija para que no te mojes, un escudo para protegerte de los
dardos del enemigo. Es la calma después de la tormenta pero también es la calma
antes de la tormenta, es ahí donde te fortaleces con la fuerza de Dios para el
"segundo, el tercero y así sucesivamente los "rounds" que tengas
que tener.
Recuerda que
sin las pruebas no hay crecimiento, que sin las pruebas no hay conocimiento.
Seremos vituperados hasta que Cristo venga por su iglesia o nos vayamos con Él.
No le temas
a los huracanes de la vida, es en ellos que Dios se glorifica. En ellos
aprendemos a tener FE, PACIENCIA. Aprendemos a depender más de Cristo y menos
en nosotros. Es confiar en Dios a pesar de lo que nuestros ojos vean, nuestro
yo interno este pasando.
Respira
profundo, sacude de ti el miedo y enfrenta los huracanes de la vida, busca ese
"OJO" que es Cristo, ese lugar de tranquilidad y veras como el miedo
se va, y entra en ti una fortaleza que viene de Dios para enfrentarte a
cualquier situación aceptando que es Dios quien pelea por ti. Dios te
Bendiga."
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