FUNDACIÓN TU NUEVA ALEGRÍA

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sábado, 15 de junio de 2013

Para todos los padres del mundo en su día ·Dios les Beniga hoy,mañana y por siempre·



                     Papito... ¿Cuánto me amas?

 El día que mi Hija nació, en verdad no sentí gran alegría.
Porque la decepción que sentía parecía, ser más grande que el gran acontecimiento que representa tener una hija.

REFLEXIONANDO

A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis dos mujeres, una lucía pálida y agotada y la otra radiante y dormilona.
En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de mi hija y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con locura.
Su carita, su sonrisita y su mirada no se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacía planes sobre planes, todo sería para mi hijita.

Este relato era contado a menudo por Randolf, el padre de la niña y yo también sentía gran afecto por ella ya que era la razón más grande para vivir de Randolf según decía él mismo.
Una tarde estaba mi familia y la de Randolf, haciendo un picnic a la orilla de un río cerca de casa y la niña entabló una conversación con su papá, todos escuchábamos:
Papi,... cuándo cumpla quince años ¿Cuál Será mi regalo?
-Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos, ¿No te parece que falta mucho para esa fecha?
Bueno papito,... tú siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí.
La conversación se extendía y todos participamos de ella. Al caer el sol regresamos a nuestras casas.

Una mañana me encontré con Randolf  enfrente del colegio donde la niña estudiaba, quien ya tenía catorce años.
Randolf se veía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro.
Con gran orgullo me mostraba las calificaciones, eran notas impresionantes, ninguna bajaba de diez puntos, o, sobresaliente y los estímulos que les habían escrito sus profesores eran realmente conmovedores, felicite al dichoso papá.
La niña ocupaba toda la alegría de la casa, en la mente y en el corazón de la familia, especialmente en el de su papá.
Fue un Domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a la Iglesia, cuando la niña tropezó con algo, eso creíamos todos y dio un traspié, su papá la agarró de inmediato para que no cayera...
Ya instalados en la iglesia, vimos cómo fue cayendo lentamente sobre el banco y casi perdió el conocimiento.

La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba un taxi hacia el hospital.
Allí permaneció por diez días y fue entonces cuando le informaron que su hija padecía una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón, pero no era algo definitivo, qué debían practicarle otras pruebas para llegar a un diagnóstico firme.

Los días iban pasando, Randolf renunció a su trabajo para dedicarse a su cuidado, su madre quería hacerlo pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos eran superiores a los de él.
Una mañana Randolf se encontraba al lado de su hija, cuando ella le preguntó:
-¿Voy a morir, no es cierto? ¿Te lo dijeron los doctores?
-- No mi amor... no vas a morir, Dios que es tan grande, Él no permitiría que pierda lo que más he amado sobre este mundo, respondió el padre.
-Los que mueren ¿Van a algún lugar? ¿Pueden ver desde lo alto a su familia? ¿Sabes si pueden volver? preguntaba su Hija.
-- Bueno hija,... en verdad nadie ha regresado de allá a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no te dejaría sola, estando en el más allá buscaría la manera de comunicarme contigo, en última instancia utilizaría el viento para venir a verte.
-¿Al viento? ¿Y cómo lo harías?
-- No tengo la menor idea hijita, solo sé que si algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas.

Ese mismo día por la tarde, llamaron a Randolf, el asunto era grave, su hija estaba muriendo. Necesitaban un corazón, pues el de ella no resistiría sino unos quince o veinte días más.
¡UN CORAZÓN!
¿Dónde hallar un corazón?
¡Un corazón!
-¿Dónde Dios mío?

Ese mismo mes su hija cumpliría sus quince años. Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante, una esperanza iluminó los ojos de todos, las cosas iban a cambiar.
El Domingo por la tarde ya estaba operada, todo salió como los médicos lo habían planeado.
¡Éxito total!
Sin embargo, Randolf todavía no había vuelto por el hospital y la niña lo extrañaba muchísimo, su mamá le decía que ya todo estaba muy bien y que su papito sería el que trabajaría para sostener la familia.
La niña permaneció en el hospital por quince días más, los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuerte y así lo hicieron.

Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su padre:
"Hijita de mi corazón: Al momento de leer mi carta, ya debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron.
No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en este instante.
Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenías diez añitos y a la cual no respondí.
Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por mi hija...
Te regalo mi vida entera sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras, te regalo mi corazón.
                   ¡¡Vive hija!!
¡¡Te amo con todo mi corazón!! "

Lloró todo el día y toda la noche; al día siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá; lloró como nadie lo ha hecho y susurró:
“Papi,... ahora puedo comprender cuanto me amabas… yo también te amaba y aunque nunca te lo dije, ahora comprendo la importancia de decir "Te Amo" y te pediría perdón por haber guardado silencio tantas veces ".

En ese instante las copas de los árboles se mecieron suavemente, cayeron algunas hojas y florecillas, y una suave brisa rozó sus mejillas, alzó la mirada al cielo, intentó secar las lágrimas de su rostro, se levantó y emprendió regreso a su hogar.

Si este mensaje tocó tu corazón, envíalo a tus mejores amigos como señal de tu amistad… Por favor nunca dejes de decir "TE AMO"… No sabes si será esa la última vez...

CADA DIA A CADA INSTANTE EXPRESA TU AMOR     A LOS SERES QUE MAS AMAS…

Si este mensaje ha impactado tu vida, recuerda un amor mucho más grande que el del Padre de nuestra historia; ese  es el amor de Dios hacia nosotros, ya que Él no escatimo en sacrificar a su Divino Hijo Jesucristo, para que todos aquellos que en Él creamos no muramos, más bien que tengamos vida en abundancia en Cristo Jesús.
Pues solo por medio de Él llegaremos ante nuestro Padre Celestial a gozarnos de la vida eterna en su Gloría y en ningún otro hay salvación.

Entrégate al AMOR de Jesús...

Si deseas conocer más del amor de Dios por ti, te invito a que conozcas más de su Divina Palabra en: www.tunuevaalegria.com.ve    


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