FUNDACIÓN TU NUEVA ALEGRÍA

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jueves, 1 de enero de 2015


Base Bíblica: 2da. Crónicas 26:5 Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.

Jesús dijo: Me es necesario hacer las obras del que me envío, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Juan 9:4

Nadie puede trabajar en la oscuridad.

Cuando no tenemos luz y tratamos de trabajar, todo el tiempo estamos siendo torpes y solo pasamos de tropiezo en tropiezo.

Querer servir a Dios en oscuridad es como querer trabajar en oscuridad.

Para poder vivir una vida completa y de victoria necesitamos encontrar nuestra visión… Visión que nos de claridad espiritual, que encienda la Luz de Dios en nuestro espíritu.

Por eso no importa cuan ocupado tu estés, o cuan difícil sea tu vida, no puedes dejar de buscar del Señor, ni puedes dejar de tener visiones en tu corazón porque de hacerlo tu vida pierde su dirección, pierde su propósito.

I. ¿Que es una Visión?

Cuando su padre murió y lo hicieron rey, Uzías solo tenia dieciséis años de edad. Pero en el corazón de este joven estaba el deseo de servir a Dios, de hacer Su voluntad.

Este deseo hizo a Uzías hacer algo bien elemental, se puso a buscar del Señor. Y dice la Palabra que su búsqueda era en una forma persistente. Dios le respondió dándole visiones. Y dice la Palabra que esta acción de Dios hacia Uzías causo que él prosperara.

Una visión es como un sueño pero a diferencia de que la persona no esta dormida sino despierta.
Una visión puede ser visible con nuestros ojos humanos o con los espirituales.
Con los ojos humanos vemos la visión como si estuviese pasando delante de nosotros en una forma real.
Con los ojos espirituales vemos la visión como si estuviese pasando en una pantalla dentro de nuestra mente.
De cualquiera de las dos formas, la visión no es solo un deseo sino un sentir fuerte, con mucho peso, que nos deja saber que estamos percibiendo algo fuera de lo común, de lo normal.

El profeta Joel dijo que en nuestros tiempos esto ocurriría en forma frecuente dentro del pueblo de Dios.

Joel 2:28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.

Volvamos a Uzías por un momento.

Uzías eran un joven con mucho trabajo delante de él. Y entendió que el propósito de su trabajo era realizar los objetivos de Dios quien le había dado la oportunidad de ser rey de su pueblo.

¿Como se relaciona esto con tu vida?

Si tomas un momento para meditar, te darás cuenta que tu vida tiene un propósito. Tu existencia tiene un propósito.
Tu venida a este mundo no es una simple casualidad de reproducción. Si te preguntas cual será ese propósito o si te encuentras en un momento de tu vida donde las cosas no parecen estar muy claras, quizás sea a consecuencia de que esta faltando visión en tu ser.
Esto no es algo que solo te sucede a ti, sino que muchos como tu se encuentran viviendo en la noche en lugar de estarlo en el día.
Pero no te encuentras viviendo en la noche a causa de pecado sino a causa de una deficiencia de tu vida como cristiano.
Al cristiano le hace falta tener visión de Dios y le hace falta renovar esta visión con mucha frecuencia.

El faltarte visión no quiere decir que no ames a tu Padre Celestial; tampoco quiere decir que eres nuevo en los caminos del Señor. Lo que quiere decir es algo bien sencillo, necesitas poder ver los propósitos del Señor en tu vida, pero necesitas poder verlos no en la carne sino en el espíritu. Y es bien importante para tu futuro que no sigas caminando hasta encontrar tu visión. Porque si sigues tomando decisiones sin tener clara la visión, podrías cometer grandes errores o podrías dejar de tomar acciones que te llevarían por el camino de una gran victoria.

II. ¿Como se Busca la Visión?

En este momento tenemos que volver a la importancia de la oración.

¿Por que falta tanta visión hoy día entre los creyentes?

Con toda sinceridad y sin ánimo de criticar, sabemos que a la mayoría de las personas se les hace más fácil hacer cosas que tengan que ver con otras personas.
Por ejemplo, conversar, cantar, compartir estudios, predicar, oír predicas, visitar a necesitados. Todos estos ejemplos requieren sacrificio de nuestra parte, requieren acción, esfuerzo. Pero se hace más fácil porque vemos a alguien en forma tangible.

Pero la oración es algo entre Dios y yo, entre Dios y tu mismo muy personalmente y aun cuando haya otros que también estén orando junto conmigo, al final sigue siendo una conversación solo entre Dios y yo.

La oración debe ser un tiempo especial. Un tiempo donde yo reconozco el poder de Dios. Lo reconozco en mi vida, lo reconozco en las cosas que están sucediendo a mí alrededor. Pero no solo en palabrerías, no solo diciendo palabras para cumplir con algo. Es mas un reconocimiento en el cual yo me tomo el tiempo para testificarle a mi espíritu de cuan maravilloso es mi Señor.

La oración es un tiempo donde yo le expreso a Dios cuanto dependo de Él. De nuevo, no solo digo peticiones de necesidades, sino que medito en como sin Su ayuda y misericordia, yo realmente no puedo hacer mucho. Y se lo digo a Él con palabras que nacen de mi interior, de mis sentimientos, tomo el tiempo para decírselo no porque Él no sepa cuales son mis necesidades, sino para que mi espíritu descubra cuanto en verdad depende de lo que Dios le de.

La oración también es un tiempo de intercesión. Porque en la intercesión se cumple mi propósito como sacerdote del Señor. Y al interceder mi vida cobra un valor especial. La intercesión me deja saber que por yo haber nacido ahora en este momento hay alguien intercediendo por estas necesidades. Al interceder, ya mi vida no vale solo por mí sino también por la vida de la otra persona o personas.

El persistir en buscar a Dios no es solo la cantidad de horas que lo hagamos sino con que corazón lo hacemos y en que forma lo hacemos.

No podemos ser adoradores si no deseamos pasar tiempo con Dios.

En esta búsqueda empezamos a ver visiones. Y ya las visiones no son influenciadas por mi carne sino por el Espíritu de quien estoy con tanta insistencia buscando.

III. El Propósito de la Visión.

2da. Corintios 12:1 Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor.

Las visiones de Dios no son para hacernos sentir superior a los demás sino para llevarnos a un entendimiento mayor de sus propósitos en nuestra vida.

Cuando se tienen visiones, no se vive igual. Dejamos de hacer las cosas por nuestra confianza y comenzamos a tener mas fe en el Señor. Nos podemos mover con mayor seguridad en lo que estamos haciendo aun cuando lo visible no parezca apoyarnos.

Una de las razones por la cual Dios dio promesa sobre los jóvenes de que estos tendrían visiones, es para que no sean desviados del verdadero propósito de sus vidas.

Las visiones sirven para que aun viviendo en este mundo no seamos parte de este mundo.

Cada hombre de Dios, cada mujer de Dios, tiene un propósito en el plan maestro del Señor.
Cada hombre de Dios, cada mujer de Dios, tiene una visión que ha sido depositada en su ser, pero necesita buscar esta visión, y que sea esta visión la que le sirva como el mapa del terreno que tiene por delante para conquistar!

Conclusión

La visión que Dios da a sus hijos provoca un caminar de prosperidad. Prosperidad sea en su vida ministerial, en su vida familiar, en su vida como cristiano, en su negocio, en sus estudios, en su carrera.

Estas visiones se buscan en lo espiritual, en especial en una comunión intima con Dios, como en oración y adoración. Pero la adoración no puede prescindir de la oración. Aun en medio de la adoración yo le digo palabras mías al Señor, le hablo con mis sentimientos.

En medio de la intimidad con Dios, aprendo a distinguir su voz, aumenta mi fe. Es en la intimidad con Dios donde descubro los propósitos que tiene el Señor conmigo.

Oremos

En esta noche yo vengo de rodillas delante de mi Padre Celestial y clamo por una visión renovada en mí ser.
Clamo por visiones sobrenaturales que me guíen hacia el cumplimiento de sus propósitos por medio de mi persona.
Deseo ser un instrumento de un Dios vivo que sirva de bendición para otros.

Hay decisiones que no me convienen, hay personas que no me convienen, hay negocios que no me convienen. 
Necesito una visión clara de parte de Dios para ver las cosas no en emociones, ni tampoco en temores sino en la Verdad, tal y como son.

Hoy yo te pido mi Dios que Tú me muestres en forma clara esa gran Verdad para mi vida, hoy y siempre, en el poderoso Nombre de Jesús te lo pido, amen. 

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