FUNDACIÓN TU NUEVA ALEGRÍA

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viernes, 17 de abril de 2015


Amarnos los Unos a los Otros

“Amados, armémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1 Juan 4:7-8 Reina-Valera 1960).

Dios es amor y Su amor no es perecedero, sino Eterno. Las Escrituras nos revela en Jeremías 31:3 el amor de Dios hacia nosotros y nos dice: “Con Amor Eterno Te He Amado”. Gracias Padre Celestial, gracias por amarme incondicionalmente y eternamente.
Las familias te pueden dejar, los amigos te pueden abandonar o sacarte de su lista telefónica o te pueden borrar de las redes sociales y dejarte de amar, en cambio el amor de Dios nunca se acaba. Nosotros somos infieles, pero Dios siempre permanecerá fiel. No importa que te hayas desconectado con Dios, Él todavía sigue extendiendo Su misericordia sobre ti porque te ama. El Señor es tu Creador y tú eres importante para Dios. “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” (1 Juan 4:16 Reina-Valera). La palabra permanecer significa mantenerse sin cambios, en otras palabras, Dios anhela que Sus hijos permanezcan en Su amor, sin ningún cambio que pueda afectar ese amor.

Para poder estar conectados en la presencia del Señor, debemos permanecer en amor. Es un amor firme que aunque sople el viento y las olas, por eso no cambia. Es un amor inmovible, que ningún viento ni tempestad pueden hundirlo. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1Corintios 13:4-7 Reina-Valera 1960).
Permanecer en amor significa que debo de amar a mi hermano y a los demás. 1 Juan 4:20 dice: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quién no ha visto?” En otras palabras, el que ama a Dios, ame también a su hermano.

Mi pregunta es: ¿Por qué hay tanto berrinches y enemistad entre algunos? Es tiempo de hacer la diferencia y demostrar el amor que por naturaleza tenemos cada uno. Soportarnos unos con los otros y así andar en armonía. El apóstol Pablo fue más específico cuando nos dice: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesio 4:1-3).
La clave principal de este mensaje es el amor hacia los demás, que fluya el amor de Dios en nosotros hacia los demás, hace la diferencia. Esa actitud de amor y compasión es la que transforma nuestra alma y brinda testimonio de Dios dondequiera que vayamos.
Un corazón de amor es aquel que alienta al caído, anima al cansado y brinda luz al que anda en tinieblas.
Un corazón lleno de amor es aquel que por más difícil que tenga el día, por eso nunca deja de animar a su hermano.
Un corazón rebosante del amor de Dios, es aquel que brinda palabras de Dios al que se encuentra triste y atribulado.
Un corazón saturado del amor de Dios, se conduele por lo que le está pasando al hermano y ayuna y ora para que todo le vaya bien.
Un corazón amable, se acuerda de sus hermanos y les brinda palabras de alientos. Así es que el Señor nos quiere ver, Él desea que como hermanos nos animemos los unos a los otros. En vez de andar con una actitud negativa y sin ningún fruto, el Señor quiere que andemos con una actitud amable y positiva que inspire a los demás.

Cada vez que el Espíritu de Dios te haga recordar a algún hermano, corre y ora por ese hermano, preséntaselo a Dios, tú no sabe por lo que ese hermano o hermana está pasando. Si es posible, escríbele un verso Bíblico de ánimo y dile que lo ama en el Señor.
Hoy recibí un bello mensaje de una hermosa hermana diciéndome lo mucho que me amaba en el Señor. Cuando leía el mensaje me acordé de las cartas de Pablo hacia sus hermanos y del amor que él les tenía a ellos.
Voy a compartir contigo ese mensaje para que te sirva de ejemplo y así puedas ser de bendición a otros, el mensaje dice así: “Querido hermano que Dios me le Bendiga, no sabe cuánto le amamos y lo extrañamos. Nos recordamos de su dulzura y sonrisa y mirada de autoridad con compasión. No olvides que usted es un varón de Dios y que donde Dios lo lleve siempre va a ser usado con poder. Usted es un ejemplo a seguir. Abrazos”.
Gracias hermana por esas bellas palabras de aliento. El fluir del amor de Dios en nosotros es el que restaura y transforma nuestra alma y nos hace crecer. Hermanos, sigue el ejemplo, ora por tu hermano en tus oraciones y cuando sea posible, mándale un mensaje de Dios a su vida, con esa actitud compasiva lleva frutos y hace la diferencia. El Señor te ama con amor Eterno. Yo también te amo en el amor del Señor.

“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32).

“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8).

La Palabra de Dios dice, “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo Unigénito, (Jesucristo) para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. Salmos 1:1- 4 Nueva Versión Internacional (NVI)

Reflexión

La palabra de Dios está llena de enseñanzas y consejos. Enseñanzas que si la seguimos cosecharemos muy buenos frutos. Mira lo que nos dice en 2 Timoteo 3:16-17 (NVI) acerca de la palabra de Dios “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.”

Deleitémonos en la palabra de Dios, meditemos en ella de día y de noche, son muchas las promesas que encontramos en ella. Vivámosla a plenitud.

Mi Oración


Señor, Dios de la creación, gracias por Tu Santa Palabra, ella cada día me instruye y me llena de sabios consejos para vivir de manera justa. Ayúdame a guardarla para agradarte en todo. Ella es lámpara a mis pies que guía mis pasos. Oro en el Nombre de Jesús. Amen.

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